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hola chile


El dia por fin ha llegado y aquí estoy, en Santiago de Chile.


Siempre pensé que la mudanza iba a ser algo agridulce, y lo fue, mas admito que imaginaba algo mucho más agrio que dulce - pensemos en la típica escena de película con la familia/amigos/pareja ahogada en lágrimas. Sin embargo, lo único que sentí en todo momento fue una paz absoluta. De hecho aún estoy esperando el primer ataque de pánico, el cual posiblemente venga pronto, pero quién sabe.

Imagino que la razón por la cual no he entrado en llanto y desesperación tenga que ver con que esta se siente como la decisión correcta. Aunque en un principio tuve mis dudas, estas fueron desvaneciéndose cada vez más hasta que dejaron de existir, sin aparecer en mi mente durante tanto tiempo que ya ni recuerdo cuándo fue la última vez.

Quien me conoce sabe que las ganas de viajar han estado en mí toda la vida, y que esta mudanza solamente es la primera en una escalera de metas a largo plazo que he estado planeando siempre, básicamente el único plan concreto que he conseguido mantener, y aunque sea difícil separarse de los seres queridos, porque siempre lo es, sé bien que esa separación sólo consta de kilómetros. Además, como le he dicho a todos mis amigos: en mi casa siempre habrá una hamaca para quien quiera venir a visitar.



Honestamente, esto de viajar se lo recomiendo a todo el mundo, personalmente siempre he querido tener el dinero para hacer aquello que vi una vez en una película, no me acuerdo cuál, en la que se daba vueltas a un globo terráqueo y donde cayera el dedo, ese era el destino a visitar. 




Atrévanse al menos una vez en su vida a irse lejos, a deshacerse de la mitad de sus posesiones materiales y despedirse de papi, mami y el mejor amigo para vivir una aventura y empezar de nuevo en otro sitio, aunque no les funcione y termine siendo terrible, siempre será una experiencia que contar y algo de lo que aprender. Después de todo ¿no es de experiencias de lo que está hecha la vida?




¿Qué puedo decir de esta ciudad? Llevo apenas una semana y ya estoy enamorada, es ENORME y preciosisísima.

La gente que he conocido hasta ahora es sumamente amable y calurosa, aún estoy esperando a aquellos que cumplen ese estereotipo que tanto me repitieron del chileno frío y cerrado.

La familia con la que estoy viviendo es increíblemente simpática, y aunque las diligencias propias del recién mudado no nos han dejado conocer mucho, las zonas que he visto, como Providencia, Vitacura o el centro de Santiago, donde estoy viviendo, son muy movidas y muy bonitas.




Admito que lo único que no he disfrutado ha sido la playa, pero eso no era sorpresa. Digan lo que quieran de Venezuela pero como esas costas no hay en ningún lado. Al menos conseguí tomarme una foto con una llama.

Aún me falta muchísimo por explorar y muchísimo más por vivir acá, se vienen unas cuantas pruebas y obstáculos que voy a tener que ver cómo saltar si lo que quiero es seguir aquí, esperemos que todo se dé y si no, pues que pase lo que tenga que pasar.

Mientras tanto, procuraré tomar unas cuantas fotos bonitas, conocer lo más que pueda, aprovechar que aquí no hay zancudos, cadenas de Chávez ni inseguridad extrema y esperar a que me entre la lloradera y la nostalgia por no tener a mis amigos, mi familia y mi gata acompañándome.

Para ver más fotos, revisa mi Flickr.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

yeah.. bello santiago.!