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Este blog se cambió de dirección. Sigue siendo exactamente el mismo, pero ahora tiene nuevo nombre - uno más fácil de deletrear -

Mi Primer Icono Feminista: Mi Mamá


Aprovechando que es el día de la madre, y por estar tan lejos de la mía me costó mucho pensar en qué regalarle, decidí que la mejor opción era dedicarle un post en mi blog para que todos sepan por qué la mía, de verdad, es la mejor mamá del mundo - mami, no empieces a llorar todavía, te conozco -.

El feminismo es una cosa sobre la que me mantengo hablando y escribiendo no sólo por aquí sino por todos lados y aún así, nunca me había sentado a explicar por qué soy feminista y quiénes influyeron en ello, así que aquí va.

Mi primer icono feminista: Mi mamá, Marielsa.

Toda la vida he sido dispersa, "llena de ideas", digamos - por no decir inventora - y una de las manifestaciones más potentes de esa característica fueron todas las veces que le dije a mi mamá: "Mami, quiero ser __________". Desde bailarina, a maestra, cantante y científica, cada vez que llegué con algún nuevo "talento a explorar" u objetivo de vida mi mamá me apoyó desde el primer minuto.

Cuando dije que quería ser paleontóloga y descubrir dinosaurios en los desiertos australianos, mi mamá - y mi papá también, que no es por echarlo a un lado porque ambos siempre han sido así de geniales, pero es el día de la madre y, papi, a ti no te tocan tus halagos aún - me llenó el cuarto de libros y juguetitos de dinosaurios. Cuando dije que quería ser gimnasta mi mamá me compró las mallas y buscó un gimnasio a donde llevarme para yo poder cumplir mi sueño de ir a las Olimpíadas, sueño que duró hasta que descubrí que me daba PAVOR hacer un salto mortal sin la piscina de goma espuma ahí para protegerme.

Cuando dije que quería ser baterista, no me compró la batería porque ya me conocía, pero igual me llevó a clases y me prometió que si aguantaba un año entero me compraba una batería para que hiciera todo el ruido que quisiera. lo cual obviamente no ocurrió...

Mi mamá es la única mujer entre cinco hermanos, razón por la que siempre fue la nena consentida que no lavaba un plato, a quien literalmente le ponían las medias y peinaban el cabello mientras ella desayunaba tranquilamente antes de irse al colegio. Sin embargo, ello no fue razón para que mis hermanas y yo fuésemos también unas nenas consentidas. Sé, porque ella misma me lo ha dicho, que nunca quiso que sus hijas fuesen tan dependientes como ella lo fue de pequeña, por ello que uno de mis primeros recuerdos es el de mi mamá llevándome a la cocina para ayudarla a preparar la cena, y más adelante enseñándome y obligándome a arreglar mi cuarto y hacer mis tareas sola, preparándome para el momento en que inevitablemente ni ella ni nadie estuvieran a mi lado para ayudarme.

Gracias a mi mamá y a lo que ella me enseñó fue que a los 22 años pude irme de la casa familiar a vivir sola y ser independiente, en un país donde nadie me iba a ayudar más de la cuenta. Gracias a mi mamá hoy puedo decir que no me hace falta depender de nadie más que de mí misma, porque ella me enseñó todo lo que necesitaba saber.

Estudié toda la vida en un colegio católico, hice mi primera comunión e iba a misa todos los domingos puesto que eso fue lo que me inculcaron en casa. A los catorce años me senté ante mis padres y les dije que no quería seguir acompañándolos a misa porque eso de la religión, la biblia y la iglesia católica no me convencían ni eran lo mío. Aunque estoy segura que ninguno de los dos quiso brincar de la felicidad ante lo que les dije, ambos escucharon mi opinión con atención y nunca más me obligaron a ir a una misa dominical y es que así son mis papás y así es mi mamá, alguien que tal cual como tiene opiniones propias y las defiende, espera que otros, entre ellos yo, su hija mayor, también las tenga, las defienda y las exprese.

Mi mamá me enseñó a no quedarme callada ante nada, a analizar y cuestionar todo, incluso lo que ella misma me enseñó, simplemente porque uno tiene que formarse sus propias creencias, sus propios puntos de vista y sus propias opiniones, no repetir ciegamente los de otros.

Ninguna mamá es perfecta, así como ningún hijo tampoco lo es. La mía y yo somos muy distintas y estoy segura de que ella no hubiese vivido la vida como yo la he vivido, pero a pesar de todo no sólo confió siempre en mí, sino que me dejó vivir mi vida tal cual y como es: Mía y de nadie más.

Cuando dije que iba a ser periodista lo primero que la mayoría exclamó - y sigue afirmando aún hoy, como si uno no lo supiera ya por experiencia - fue: Te vas a morir de hambre. Mi mamá no. Mi mamá no sólo dijo que ese era el trabajo perfecto para mí sino que, además, me aconsejó a tener oídos sordos ante los "consejos" de los otros y guiarme simplemente por lo que amo y lo que me hace feliz, que aunque termine siendo una muerta de hambre al menos sea feliz haciendo lo que hago.

Nosotras no siempre coincidimos, de hecho, a veces pienso que apartando lo físico no nos parecemos en casi nada, y si bien discutimos mucho, sé que pase lo que pase ella siempre va a respetar mi punto, mis decisiones ¿Y qué es más feminista que eso y todo lo demás que ella me ha enseñado?: El valor que hay en mí misma, el derecho a no depender de nadie y vivir mi vida tal cual como yo lo he querido, el derecho a ser respetada por lo que soy y por lo que pienso, a tener una voz, un presente y un futuro propios. El derecho a la igualdad de condiciones.

Mi mamá, sin saberlo y sin autodenominarse feminista, me inculcó todo lo que necesitaba para ser la mujer que soy hoy y en la que espero convertirme algún día. Mi mamá me enseñó el feminismo desde antes que yo supiera que existía esa palabra y por ello siempre le voy a agradecer, porque no existe mamá mejor que la mía y porque sé que ella va apreciar más estas palabras completamente sinceras que cualquier otro regalo material, así como siempre apreció los postres que le preparé cada año que viví junto a ella porque siempre fui mala con el dinero y no había manera que recordara ahorrar para el día de las madres hasta que ya era demasiado tarde.

Te amo mami, gracias por todo y feliz día. Prometo que algún día, cuando sea rica y famosa, te llevaré a París y a Japón para compensar todos los cumpleaños/días de la madre que no te he regalado nada más que dulces, o escritos.

Contémonos un cuento


Estoy plenamente consciente de todo el tiempo que llevo sin publicar algo en serio por aquí, y no es que haya estado aburrida, o falta de ideas, es más bien todo lo contrario. Es por eso que hoy, y para demostrar que no me he quedado sin inspiración, por fin puedo hacer el lanzamiento oficial de mi más nuevo proyecto y el que me tiene más emocionada: Crónicas Mundanas.

Desde que aprendí a hablar y escribir siempre me ha encantado el contar historias, sin embargo, eventualmente me di cuenta que no se me daba tan bien inventarlas, sino que mejor salían cuando eran verdaderas. Si bien este blog se encarga de contar muchas de mis historias personales, me hacía falta algún sitio donde relatar los aún más interesantes cuentos de las personas con las que me topo, es por eso que decidí empezar con Crónicas Mundanas, un registro de historias extraordinarias contadas y vividas por personas comunes y corrientes, porque soy de la fiel creencia de que todos tenemos algo interesante que compartir.

La primera de las crónicas, es parte de una serie en la que continúo trabajando y sobre la cual ya he hablado por aquí. Se trata de un compilado de impresiones de los Hijos de la Dictadura, chicos y chicas que crecieron y se criaron durante la dictadura de Augusto Pinochet en Chile, entre 1973 y 1990. A medida que vaya recopilando estos relatos continuaré publicándolos, por lo que este no será el primero que podrán leer.

Así que a los poquitos que ya me visitan por aquí, los invito a ser parte de este nuevo invento, y por supuesto, si tienen alguna historia que contar son más que bienvenidos a hacerlo.

It's Friday, I'm In Love


Mi mala memoria es tan espectacular como famosa entre mis conocidos, sin embargo, si para algo sirve es para recordar datos que, en la mayoría de los casos, pueden ser bastante inútiles.

Me gusta pensar que mi memoria es emocional, razón por la que recuerda siempre tonteras como el nombre y apellido, fecha de nacimiento y sitio exacto del salón donde se sentaba mi crush de primaria, pero olvida por completo cumpleaños de mis amigos o mi propio número de teléfono.

Entre esos miles de recuerdos que parecen no servir para nada, está aquel de cuando tenía unos once o doce años y estaba acostada en la cama de mis papás viendo tele, cambiando canales me quedé con MTV, justo cuando empezaba un video de una banda llamada The Cure a la cual yo había escuchado nombrar alguna que otra vez, seguro de boca de mis primos mayores, pero que en verdad no conocía. Ese video era el de "Friday I'm In Love", la primera canción que escuché de la que se convertiría de inmediato en mi banda favorita y la más importante de mi vida.

The Cure me acompañó cuando mi primer novio terminó conmigo, me subió el ánimo después de cada pelea tonta con mis amigas del colegio, estuvo ahí, sonando sin parar en mi MP3 durante mi primer viaje sola. The Cure bailó conmigo cada vez que quise, Robert escribió una canción para cada uno de mis estados de ánimo y durante más de una década, The Cure ha sido mi mejor amigo musical.

Este domingo, después de doce años esperándolo, por fin podré escuchar a mi banda favorita en vivo. Este post está dedicado a ellos, a las canciones que me cambiaron la vida y a la banda que siempre ha sabido como sorprenderme y mantenerme profundamente enamorada.

¡Nos vemos el domingo!

The Cure 14/04/2013 by Mavi Parra on Grooveshark

Colorín Colorado, Este Cuento No Se Ha Acabado



Sé demasiado bien que este es un tema sensible, así que antes que nada quiero aclararle a todos aquellos que se están preparando para descalificar todo lo que diga al respecto por no vivir en Venezuela que, aunque ya no estoy allá, ello no borra ni difumina los trece años del gobierno de Chávez que viví, no quita que mi familia, mis amigos y las personas que más quiero en el mundo aún estén allá, ni tampoco elimina el hecho de que, al igual que millones, no tengo recuerdos de una Venezuela sin Hugo Chávez. 

Hecha ya esa acotación, prosigo a la razón de ser de este post: Recordarles y asegurarles que, aunque Chávez haya muerto, esto no se ha acabado.

La verdad es que mis recuerdos relacionados al país pre Chávez son mínimos y en su mayoría no tienen nada que ver con el tema. Lo único que recuerdo referente a la política por aquellos tiempos es que Caldera se encadenaba y no me dejaba ver los Power Rangers, o algún otro programa de esos que me gustaban. Mas con tan sólo un poco de lectura o una conversación con gente que sí tiene recuerdos al respecto cualquiera puede darse cuenta que Venezuela nunca fue un país próspero y feliz como esos cuentos de hadas que a muchos les gusta inventarse.

Estoy segura que muchos de los que me leen por aquí son, al igual que yo, hijos de la clase media/alta que antes de Chávez se quedaba con todos los privilegios. Entiendo que quizás para ustedes, e incluso para sus padres o hermanos mayores, la Venezuela pre Chávez sí fuera ese país de fantasía al que regresábamos de Estados Unidos con maletas llenas de ropa y juguetes tras haber pasado tres semanas visitando Disney, Miami y Nueva York, porque el dólar era muy barato, todo era fácil, los sueldos alcanzaban para todo, el mundo era un lugar mejor y éramos felices.

Pero lo cierto es que para la gran mayoría del país, la cosa no era tan linda, y si no me creen al menos dense un paseíto por Wikipedia o algún librito de historia venezolana. Después de todo, por alguna razón tenía que salir Chávez elegido ¿No?

Tenía nueve años el día que Chávez entró al poder por primera vez. Mis papás votaron por él, al igual que muchos de los que hoy se le oponen, ellos veían en Chávez una esperanza para acabar con los problemas que tenía el país: Inflación, inseguridad, corrupción, resentimiento social, una mayoría olvidada por el gobierno y unas riquezas absurdamente mal distribuidas. ¿Les parece conocido el cuento?

Para muchos hace catorce años Hugo Chávez era el salvador, el que por fin le traería igualdad a un país que durante años se vio dividido por una guerra de clases sociales y la creencia de que "el que es pobre es pobre por vago"; el que se acordaría de aquella gran mayoría que vivía olvidada por no tener lo suficiente como para comprarle un Baby G a la hija en navidad, esos a los que nadie les había prestado atención sino era al momento de recaudar votos.

A pesar de lo exagerados que son los cuentos de terror de los chavistas respecto a “la tercera y la cuarta” tampoco estaban taaaaaan alejados de la realidad.

Entonces aquí les digo a todos aquellos que están celebrando porque “Venezuela hoy acaba con esta pesadilla que fue Chávez”, porque “nos libramos por fin del demonio”, porque “el hijo de puta ese ya está en el infierno que se merece” y ahora sí que Venezuela va a surgir y ser linda, va a volver la Harina P.A.N., no va a existir Cadivi, las armas van a desaparecer por arte de magia junto con los delincuentes, los chavistas van a reflexionar y darse cuenta de sus “errores” y todos nos vamos a tomar de las manos y saltar sobre el arcoíris porque #HAYUNCAMINO: No se emocionen tanto, porque esto es apenas un punto y aparte en la historia.

A Venezuela no lo va a salvar de la noche a la mañana ni Obama, ni Capriles, ni la ONU ni la oposición, ni siquiera la Virgen María, los babalaos o Kurt Cobain, porque nuestros problemas van mucho más allá de quién nos gobierna y existen desde hace mucho más que catorce años. 

El problema de Venezuela no se resuelve con el que vaya a ocupar ahora Miraflores, y mientras sigamos creyendo en fantasías y cultivando esa mala memoria que nos sigue caracterizando - y jodiendo - no habrá nada, ni nadie que podrá socorrernos.

Cómo salir de la friendzone


A todos nos gusta tener vida sexual, romance y alguien que nos preste atención y nos dé cariño. Todos nos hemos encontrado con rechazos en la búsqueda de estas cosas. Todos hemos sentido alguna vez que quizás no somos suficientes, que el mundo es injusto y que esa persona debía haber terminado con nosotros. Sin embargo, no todos tenemos por qué ser unos niñitos malcriados y pasar el resto de la vida quejándonos de ello.



Si pensaste que Summer es la perfecta perra, lo más seguro es que haya un nice guy viviendo dentro de ti.

En mi vida me he topado con más "nice guys" de los que me gustaría, muchos han sido mis amigos, uno por ahí fue mi novio y otros más han sido arrejuntes pasajeros. Siempre hay algunos mucho más memorables o desagradables que otros, pero no es momento de contar mis experiencias pasadas y aunque estoy segura que este drama no es uno al que nos hemos tenido que enfrentar solamente las mujeres, en esta ocasión quiero dirigirme sinceramente a ustedes, miembros del sexo masculino, chicos, hombres, amigos, compañeros.

Ustedes, que han sido “friendzoneados” toda su vida, ustedes, que a pesar de ser simpáticos, amables, escuchar los problemas de sus amigas, consolarlas, llevarlas a casa cuando no tienen dinero para el taxi e invitarles una cerveza de vez en cuando aún así obtienen cero recompensas sexuales/románticas de su parte y se sienten ofendidos al respecto. Ustedes, que asumen que todas las mujeres somos unas interesadas que sólo se fijan en el auto, el dinero o el atractivo de un hombre, eligiendo siempre al que las trata mal, al perro, al hijo de puta, en vez de a ustedes, los abnegados y dulces chicos buenos.

Entiendo que ser hombre en este mundo no es cosa fácil. Ustedes, amigos, lamentablemente han sido víctimas de este horroroso sistema patriarcal que nos domina y les enseña desde muy pequeños, directa o indirectamente, que por el simple hecho de haber nacido con un pene entre las piernas las mujeres del mundo están puestas para servirles, prestarles atención y cumplir sus deseos, con más razón aún si las han tratado de buena manera, les hacen favores, regalos o invitaciones.

Puedo comprender entonces su frustración cada vez que les toca enfrentarse a la cruda realidad de que las mujeres no somos una maquinita dispensadora de sexo y amor a su completa disposición.

Es por ello - porque de cierta forma me da lástima esa pobre ingenuidad que muchos de ustedes tienen - que quiero utilizar este espacio para enunciarles todo lo que está mal con su posición y por qué, al querer encerrarse en esta etiqueta de “chico bueno que merece más que el friendzone”, sólo están dejando en claro el misoginista y cochino complejo de superioridad que vive dentro de sus corazoncitos faltos de cariño, detalle que, de decidir mantener y exaltar, sólo conseguirá dejarles con aún menos vida sexual/amorosa de la que ya tienen.

Para hacer la explicación más sencilla he decidido dividirla en varios puntos, así que empecemos por lo primero.

1) El sexo/amor no es un derecho. Nadie se lo debe a nadie.

Ni las mujeres, ni nadie en realidad, está puesto en este mundo para darle placer, amor y cariño a quién sea sólo porque este otro lo desea. Una relación, tanto sexual como amorosa, se basa y debe basarse principalmente en la atracción mutua - no debería ser necesario recalcar que cuando hablo de atracción no me refiero sólo a lo físico, pero como uno nunca sabe quién y cómo lo leen... - y este detalle no cambia así se trate de un one night stand, o de un matrimonio hasta que la muerte los separe.

2) ¿Qué les hicieron que ahora le tienen tanto trauma a una amistad?


Tener amigos es algo muy lindo. Tener a alguien que te apoya y a quien apoyas, que te quiere y a quien quieres, alguien con quien pasar el rato, alguien que está ahí cuando lo necesitas, todas esas cosas son en verdad muy bonitas.

Una buena y real amistad es difícil de conseguir, pero eso sólo la hace aún más valiosa. Tener amigos es divertido. Tener amigos del sexo opuesto le agrega además una perspectiva distinta a la relación. Entonces ¿Por qué es tan terrible que una mujer quiera tenerte en su grupo de amigos - en y fuera de Facebook? A menos que ella esté buscando una relación tóxica y unilateral, no veo de verdad por qué el “friendzone” es visto como el infierno.

3) “Todas las mujeres son iguales, sólo les importa el dinero/atractivo físico. Malditas putas superficiales.”


Como esta afirmación es un poco más compleja prefiero analizarla por partes así que:

                         3.1) “Todas las mujeres son iguales, sólo les importa el dinero/atractivo físico”

Al afirmar esto asumes que todas las mujeres piensan, actúan y reaccionan de la misma manera. Al hacer eso estás generalizando. Al generalizar de tal manera estás objetificando. Al objetificar estás siendo sexista.

Mientras no aceptes que las mujeres somos individuos totalmente distintos entre sí - al igual que tú y el supuesto “perro hijo de puta” por el que te dejan siempre -, que todas tenemos deseos, creencias, puntos de vista, reacciones y opiniones distintas, mientras no entiendas que no existe una fórmula mágica y universal para atraparlas a todas - por dios, ni que fuéramos pokemones - el mayor perjudicado aquí serás tú.

Si nos vamos además por el lado de la atracción: No es nada atractivo toparte con alguien que te etiquete y juzgue sin conocerte.

                         3.2) “...Malditas putas superficiales”

Aquí no sólo estás generalizando y siendo sexista, sino que estás insultando. A nadie le gusta que lo insulten. Mientras más nos insultes menores son tus posibilidades de conseguir que alguna te desee.

4) “La invité a salir, le dije que la amaba y aún así no quiso estar conmigo sino con ese perro”.

Volvemos al punto número 1.

A veces la gente no se siente atraída hacia ti, esto ocurre seas un chico bueno o una súper modelo. A veces la gente no va a querer salir contigo, por la razón que sea. El caso es que nadie en este mundo, ni tu mamá, están obligados a quererte. Créeme, de ser así ayer habría llegado a mi departamento para encontrarme a Ryan Gosling a lo nyotaimori como regalo de San Valentin, a pesar de que le dije mil veces que ese día me da lata pero es que me ama tanto que no se pudo resistir a la idea de hacerme feliz.

5) La confianza es atractiva, los quejones no.

En este punto quiero entrar al mismo juego de la atracción sexual y su importancia. Es terrible, y lo digo por experiencia, estar con alguien que sólo vive para quejarse y menospreciarse a sí mismo - Ustedes deberían saberlo, ya que siempre reclaman por esas mujeres que sólo andan por ahí pescando cumplidos y preguntando qué tan gordas y feas se ven en ese vestido - por lo que sus constantes lloriqueos y muros de Facebook llenos de este tipo de memes la verdad es que no les van a hacer muchos favores.

6) Para terminar, un par de preguntas importantes, y las que parecen faltar en la mente de la gran mayoría de esos chicos buenos que andan por ahí lloriqueando: 


                            - ¿Estás seguro que ella sabe lo que sientes?

O sea, el hecho de que la hayas llevado a su casa aquella vez que estaba muy borracha o que le hayas dicho que ese corte de pelo nuevo le queda muy bien no es precisamente una declaración de amor a los cuatro vientos. Como alguien que se ha visto envuelta en más “citas-que creía que eran salidas inocentes con un amigo-y resulta que en verdad no porque estamos solos y quiso pagar todo e intentó darme un beso al despedirse” de las que desearía, te reitero, querido: Sé claro con lo que quieres y ve por ello.
                           - ¿De verdad eres tan bueno como crees?

A todos nos hace falta algo de instropección y self awareness de vez en cuando, y si resulta que TOOODAS las mujeres huyen de ti y NAAAADIE quiere tener algo contigo, no sería quizás mala idea autoexaminarte e indagar a ver si no es que eres tú quién está haciendo algo mal, y que la culpa no sea tanto de ellas, sino tuya.

De verdad, nueve de cada diez “chicos buenos” con los que me he topado en la vida han resultado no ser en verdad tan buenos como ellos piensan.

Es así como terminamos con este llamado a la reflexión, espero les sirva a quienes se sientan identificados y hagan, en este nuevo año que ya va adelantado, un verdadero esfuerzo por salir de la friendzone y no volver.

The Scared is Scared


Tengo más de un mes que no publico nada aquí y es en parte por falta de tiempo, falta de ganas y falta de organización. Ya llegué al punto en el que desesperadamente necesito vacaciones.

En estos días de mudanzas, diligencias, aburrimiento, rutinas, compras desenfrenadas, déficit de atención y cero internet en el apartamento nuevo me he dedicado a hacer muchas cosas, casi ninguna verdaderamente productiva - pasar seis horas viendo Six Feet Under no cuenta como "alimento para mi inspiración" como me gusta llamarle a mi perdedera de tiempo - entre ellas, ver cortos, leer blogs/zines/entrevistas, algunos de los cuales quiero aprovechar para mostrar porque no tengo mucho más que aportar ahora y estas cosas me parecieron interesantes.

Enjoy.

- The Scared is Scared.

Yo no soy muy fanática de los niños, a no ser que tengan algún tipo de relación sanguínea conmigo, pero aún así me parece súper entretenido lo imaginativos que pueden llegar a ser, ojalá y a uno no se le fuera muriendo esa característica a medida que va creciendo.

El caso es que me encontré con este corto súper lindo basado en lo que una niña de 6 años querría ver en una película hecha por ella: Un oso, un ratón tan traviesos que hacen pijamadas sin decirle a sus papás. Lo mejor del caso es que al final el cuento termina con una buena y súper coherente moraleja.




"... Esta chica se me acercó y me dijo 'Hola, Joni (...) Soy fan de tu música, amo tu música. Soy maníaco depresiva. Me gusta tu música pero odio las fotos de ti. Cada vez que te veo estás sonriendo y me molesta tanto'. 

Así que aquí está esta persona que piensa que estoy sufriendo, ella está sufriendo. Si ve evidencia de lo contrario piensa que no soy auténtica. Mientras que yo me siento más ambidiestra, sabes. Sí, sufro, disfruto, sufro, disfruto..."


- Estoy un poquito obsesionada con esta zine. A veces todo su contenido se siente como una gran broma. Al final no sé si están siendo sarcásticos, si son muy creativos, o si es que todo es una tremenda ridiculez.

- Estando a tan sólo días de cumplir un año en Santiago, sin además haber regresado a Venezuela en el intermedio, este post de Acapulco70 se siente increíblemente familiar y un poco atemorizante a la vez:

"Hay muchas maneras de irse. No es lo mismo mudarse que escapar y no es lo mismo escapar que abandonar. No es lo mismo ser un exiliado que un expatriado, que un inmigrante, o un aventurero. La relación cambia".

- Y por último, porque pocas cosas son mejores que la gente que burlarse de uno mismo: Lizzie Caplan en un fashion film para Vena Cava.


Cuentos de Hadas y Muertes Anunciadas


No recuerdo jamás haber estado a favor de la pena de muerte, básicamente porque considero a la muerte no como un castigo, sino como algo que ocurre naturalmente, y el imponérsela a una persona, por más mal que haya hecho, es para mí el equivalente a un “get out of jail free card”. En algún momento esa persona se tenía que morir, y en vez de castigarlo adecuadamente, al darle la pena de muerte le estamos ahorrando todo el trabajo de arrepentirse o al menos pagar por lo que hizo dándole un buen descanso.

Sin embargo, este es un tema complicado, y así como cualquier otro, las opiniones al respecto están en gran parte condicionadas por la realidad que conoces.

En Venezuela la pena máxima es de 30 años. No importa lo que hagas, no importa a quién, cuántos, ni de qué manera los mates, lo más que conseguirás en la cárcel serán 30 años. Eso, por supuesto, suponiendo que de verdad te atrapen y te encarcelen, lo cual es tan raro que la idea hasta da risa: En los últimos 14 años sólo unas quince mil personas han sido procesadas por homicidio, un chiste, considerando que en ese tiempo han ocurrido 155mil asesinatos en el país.

Asumiendo entonces que tengas la suerte de terminar en la cárcel por ese crimen que cometiste, si tienes el suficiente dinero o conexiones sólo será necesario sobornar a unos cuantos para zafarte de la pena. Si esto no es posible siempre puedes escaparte y si aún así no triunfas en ello, no te preocupes, que con la suficiente astucia y si no te molesta mucho el hacinamiento, conseguirás vivir mejor dentro de la cárcel que fuera de ella, pudiendo obtener un buen dinerito del tráfico de armas y drogas desde ella, lo cual te permitirá mantenerte tranquilo hasta que consigas salir.

Con tanta impunidad allá afuera, no es difícil entender por qué son tantos los venezolanos que fantasean con la muerte como castigo.

Es por eso que entiendo a todos aquellos que veo por ahí esperando ansiosamente la muerte de Chávez.

Sin embargo, este caso es mucho más complejo que el de una persona “recibiendo lo que se merece”.

Si bien a mí personalmente no me apena en lo absoluto su situación, tampoco es algo que me alegra. Cuando digo que no me parece bien sentirse feliz por lo que parece la inminente muerte de Chávez no lo digo sólo por una cuestión moral de no ver como correcto el desearle mal a otro. Lo digo por lo que siento que le espera a mi país si ello llega a ocurrir.

Si Chávez muere el chavismo deja de existir. Todos sabemos muy bien que sin su omnipotente líder este no es nada más que un gran y frágil castillo de papel.

Si Chávez muere cada uno de sus fieles seguidores quedará sin su comandante, su líder y más importante aún, sin su sustento.

Cuando Chávez muera Nicolás Maduro y Diosdado Cabello no van a importar en nada. No me extrañaría siquiera que entre ellos mismos comenzaran una pelea infantil alimentada por celos y malcriadeces.


El comandante se preocupó lo suficiente durante su vida y su mandato para dejar claro que él es el que manda y que sin él no hay revolución. Que haya nombrado a otro como su sucesor no interesa porque nadie tiene ni tendrá el poder que tiene Chávez, porque nadie sabe enamorar a las masas como él lo hace y simplemente nadie, ni siquiera sus más fieles discípulos, serán  capaces de ocupar ese espacio vacío en el corazón del pueblo.


De más está decir que al socialismo le encantan los mártires y que Chávez será uno de ellos una vez que muera; una figura mítica y precursora del cambio de esas que también nos encantan a los venezolanos, pero eso no es lo que preocupa. Lo que preocupa es que una vez que ese hombre dé su último aliento - si es que no lo ha dado ya - cada uno de sus fieles luchará con todo lo que puede por obtener al menos un pedacito de ese trono y es ahí cuando empezarán los verdaderos problemas.

Entre tanto chavista mantenido no serán pocos los que salgan corriendo en busca de otra cartera de la cual chupar, y serán muchos más los que sacarán los cuchillos y empezarán a lanzar puñaladas a diestra y siniestra, porque todos estamos claros que entre tanto amor profeso al comandante lo que más hay son unas ganas enormes de arrimarse al poder y la riqueza que este arrastró.

No quiero ponerme de alarmista y espero en verdad equivocarme respecto a todo esto, pero el presentimiento de que lo que vendrá en caso de que muera Chávez será un baño de sangre - figurativo, espero - no lo tengo sólo yo.

Y no, de nada vale esperar a que en medio de esa guerra intenverga equis “organismo internacional” a salvarnos, porque es precisamente esa mentalidad de andar esperando al mesías todopoderoso que viene a arreglar todo por nosotros y llevarnos en brazos hasta la felicidad y la prosperidad lo que ha metido ha Venezuela en todo este enredo.

A veces siento que mi país es como ese estereotipo horrible de la mujer ilusa que creció viendo demasiadas películas de Disney. Aquella que pasa su vida esperando al caballero en armadura y caballo blanco que venga a arreglar todos sus problemas y la lleve a vivir feliz para siempre.

Yo, que conozco a mi país, sé que este merece mucho más que cuentos de hadas que no se cumplen.

Un poco de humble bragging para empezar el año


Humble Brag: Afirmación en la que se pretende ser modesto pero que en realidad es usada para alardear respecto al éxito o logros personales. 
La verdad es que nunca he sido muy buena con las resoluciones de año nuevo, a veces he llegado a pensar incluso que todos somos iguales en este sentido y ese tema del papelito con las metas y objetivos para el año que comienza no es más que un invento para hacernos perder el tiempo y castigarnos el siguiente 31 de diciembre por no haber cumplido nada.

Así que después de darle unas cuantas vueltas al asunto he decidido que ni me interesan esas resoluciones, que no voy a anotar nada y que simplemente voy a seguir haciendo las cosas porque se me antojan.

No creo que para uno ser mejor persona, estar más saludable o trabajar en lo que en verdad le apasiona se necesite proponérselo cada 1 de enero.



Sin embargo, eso no significa que no vaya a hacer nada para rememorar el año que termina. Yo, que soy fanática de los recuentos, lo necesito, así que a continuación he decidido recordar todo aquello que me hizo bien en 2012, lo más bonito, lo que más me lleno de orgullo y todo lo que alcancé a cumplir, sin tener que plantearme ninguna resolución ni usar pantaletas amarillas para atraer la buena fortuna.

Definitivamente lo más importante, no sólo en 2012 sino en mis cortitos 23 años de vida, ha sido mudarme a Santiago. Para mí, que desde que tengo memoria quise abandonar mi amada Venezuela para salir a recorrer el mundo, el reto de mudarme a una ciudad y un país donde conocía al gran total de tres personas no fue atemorizante en ningún momento sino algo que tenía que pasar.

Como siempre les digo a todos: A diferencia de la mayoría, yo no dejé mi país porque tuviera que hacerlo, sino porque siempre lo quise, porque el mundo es muy grande y yo no puedo no conocerlo. No me daba miedo irme, me daba miedo estancarme.

De ahí en adelante no sólo logré conseguir un trabajo y establecerme dentro de esta enorme y preciosa ciudad, sino que además conseguí un lindo grupo de amigos, que si bien puede parecer pequeño, me ha aportado muchísimo más en estos diez meses de lo que pudieron hacerlo la mayoría de las personas que he conocido en toda mi vida.

Este año lo pasé haciendo una de las cosas que más satisfacción me dan en la vida: Asistir a conciertos. Probé lo que sería mi primer festival de música, vi y volví a ver a algunas de mis bandas y artistas favoritos, conocí a muchos que no cachaba de antes y hasta cambié mis opiniones respecto a algunos luego de verlos de frente.

Quizás no conseguí viajar tanto como me hubiese gustado, pero aún así conocí lugares geniales y pasé ratos excelentes, además de empezar a planear los viajes que definitivamente tendré en este 2013 y que prometen ser mucho más sustanciosos.

En 2012 aprendí a dejar atrás aquello y aquellos que no me dejaban avanzar, y si bien aún queda uno que otro muertito por ahí que aún sigo arrastrando, el peso se hace cada día menor, algo que va completamente acorde con la vida simple que he decidido que quiero para mí y en la cual he estado trabajando desde que comenzó el año.

Entendí lo verdaderamente bonito que es ser espontáneo y no cerrarse a ninguna posibilidad, que es posible hacer cualquier cosa simplemente porque se te antojó hacerlo, y que las explicaciones no se las debes a nadie y en muchos casos, ni siquiera existen o tienen por qué existir.

Sin embargo, creo que lo más importante de este año fue aprender la importancia y el disfrute que conlleva estar sola. Para una persona que hasta hace dos años veía terrible el ir al cine o comer sin acompañantes, el salto hacia la soledad deliberada fue uno grande, pero sumamente satisfactorio.
Todavía queda camino, pero he aprendido a no avergonzarme de mí misma y a dejar de ser tan exigente respecto a mí y mis errores.

Este año maduré de golpe, y sin embargo, conseguí la manera de seguir siendo una niña. Podré tener 23 años, vivir sola y todo el cuento de la mujer independiente, pero aún me siento como si tuviera 18 recién cumplido y todo fuera nuevo, maravilloso y divertidísimo, cosa que espero no cambiar jamás.

Para 2013 hay muchísimas cosas que quiero hacer e intentar, mas me rehúso a ver estas como resoluciones pues no quiero sentirme obligada a perseguirlas si por alguna razón dejan de llamar tanto mi atención. Como dije en un principio, si voy a hacer algo será porque así se me apetezca.

En fin, son muchas las cosas de las que puedo enorgullecerme, cosa que todos deberíamos hacer, porque dónde está la gracia en esconder los logros propios.

Así que tú ¿De qué tienes que alardear en este comienzo de año?